domingo, 3 de abril de 2011

Como si fuera mi última noche.

Que no, que ya no quiero seguir soñando, que ya no quiero seguir pensando en mi príncipe azul, que no necesito que mi espejo me diga lo guapa que soy como a la madrastra de Blancanieves,  que ahora lo único que quiero es ponerme mi mejor vestido, unos zapatos como los de Cenicienta y salir con mis amigos, salir y bailar, despeinarme y  gritar, y otra vez volver a BAILAR, como si fuera mi última noche. Cómo si el resto del mundo no existiese, como si el simple hecho de verle no me importase. Cómo el simple hecho de que él no existe, de que ya NO existe.

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